Relato maleta



El año pasado (2022), parece hace tanto pero son tan solo unos meses, mi mamá viene a visitarme por primera vez a España. La emoción que tenía por recibirla hace que lleve una exhaustiva preparación de lugares a visitar, planes divertidos en casa para compartir con ella y el recuento en el calendario para su venida. ¡Tenía todos los días planeados! Mi objetivo era estar con ella y que fuese un viaje muy especial para ambas. ❤️

La noche antes de su vuelo tengo la corazonada de que iba a perder la conexión de avión entre Madrid y Vigo. Pero rápidamente bloqueo ese pensamiento diciéndome a mi misma “no seas negativa, son los nervios” 🤔. Pero… en efecto, pierde el vuelo de conexión en España y llega a Oporto (Portugal) esa misma noche, así que voy por ella. La línea aérea le comenta que su maleta sí había venido a Vigo lo cual no fue así. Pero no quiero ahondar en cómo logramos obtener su maleta después de 5 días. ¡Esa es una historia para contar en un libro y no en un relato! 

La maleta llega rota - rotísima - así que hacemos un reclamo a la línea aérea. Cuatro días antes de su viaje de regreso a Guatemala recibo un WhatsApp y veo que tengo una llamada perdida de ese mismo número. El primer mensaje era evidente que fue generado por un bot en el que un proveedor me ofrecía enviarme el catálogo de maletas para reemplazar la rota. Mientras que automáticamente recibo un segundo mensaje que leía “Buenos días, usted hasta qué día está en Vigo?”. Lo primero que pienso es “¿Buenos días? Ok, son las 6 de la tarde pero tal vez escriben desde Latinoamérica”. Le respondo indicando la fecha y agradeciendo me envíe el catálogo.
 
De inmediato recibo un audio, y aunque me parece extraño decido escucharlo. Era un señor con un acento andaluz MUY marcado en el que me decía algo parecido a lo siguiente: 

“...Haré todo lo posible por enviarle la maleta a tiempo para su vuelo de regreso.. pero por las fechas de fin de año no puedo prometerle nada. ¿Tiene alguien a quien le pueda entregar la maleta si en dado caso no llega a tiempo?...”

Ok, el mensaje es normal pienso y sigo escuchando “...Yo le voy a enviar su maleta ahora y si no hay ninguna incidencia con el repartidor y con usted, podría viajar con la maleta, y sino tenga un plan B por si falla la cosa. Que usted no está en casa para recibir la maleta o que el repartidor se pierde…. aunque bueno no tendría que perderse porque usted me ha enviado la dirección…pero bueno que tenga un plan B mejor…. Que el plan A va bien, le llega a tiempo su maleta y usted puede viajar de regreso a Guatemala con su maleta o sino plan B le dejamos la maleta a alguien… ¿Vale? Lo hacemos así”. 


Después de escuchar ese “trabalenguas” 😅 pero notar el tono TAN agradable y preocupado del señor buscando solucionar nuestro problema digo “no puedo perder la oportunidad de responderle también por audio”. 


La historia continua con un intercambio de varios audios en el que hablamos del mundo de la mensajería en fechas complicadas como Navidad y Fin de Año y la situación termina con un mensaje de agradecimiento a este “personaje” por su gestión y deseándole un buen año.
Mi mamá recibe la maleta a tiempo y el día que sale su vuelo justo cuando acabo de dejarla en el Aeropuerto, recibo una notificación. Era un WhatsApp de este mismo señor preguntando si había recibido la maleta a tiempo. 

Como dirían los gringos “perfect timing”

Estaba muy triste por la partida de mi mamá pero al recibir ese mensaje recordé toda la gestión y las risas de “ternura e incredulidad” que compartimos ambas por motivo de los audios de este señor, que como decimos en Guate “nos hizo el día”. 🤩


A veces las empresas o los profesionales tienden a perder esa cercanía y humanidad con sus clientes, por eso creo que “choca” de una forma positiva cuando se dan situaciones como éstas en las que el trato es inesperado y “cero protocolario”. 
Que rompieran la maleta no fue ninguna gracia por supuesto, pero era algo que ya no podíamos cambiar y haber tenido estas interacciones con esta persona sin duda alguna nos hizo la situación más llevadera y hasta un tanto graciosa. 

Me fue difícil borrar la conversación de WhatsApp de este señor, ¡lo admito!