Feria de las Flores


Hacia 2015 me encontraba viviendo en Colombia debido a una pasantía profesional. 

Como todo extranjero viviendo en un país, y en especial, una ciudad tan colorida, alegre y llena de vida como lo es Medellín, llegaba el día de celebrar la “Feria de las Flores” 🌺. Una importante fiesta local en Agosto que celebra a los floricultores de Antioquia con diversas muestras culturales en distintos puntos de la ciudad y con el famoso “desfile de silleteros”. Un desfile muy anhelado por todos los locales y extranjeros, que recorre las calles principales de la ciudad. 

No recuerdo bien porqué, pero mi grupo de amigos extranjeros estaba ese día bastante disperso, algunos disfrutarían el desfile y otros “huirían” del mismo por el bullicio y acumulación de personas. Mi plan era unirme a dos amigos que estarían filmando en distintos puntos de la ciudad el afamado desfile y probar suerte de encontrar lugar para disfrutar del paso del mismo en X punto de la ciudad. 

Lo que no sabía era que mi plan iba a cambiar por completo. 😬

Un poco dudosa al ir sola, marcho en metro y luego caminando, al punto donde habíamos acordado encontrarnos con mis amigos. Era tanta la cantidad de personas que me cuesta abrirme paso, hasta que llego a una vía principal que estaba cortada por una valla y descubro que me es imposible regresar de donde venía. No podía moverme, y lo “peor” era que al haber tantas personas, la cobertura de mi celular era nula. 

Después de varios intentos de probar hablar con mis amigos, triste, me resigno a que seguramente iba a ver el desfile sola entre tanta gente, bajo el sol, en donde no era fácil estar cómoda 😥. 


Pasado un tiempo, se acerca a la valla donde yo me encontraba, un chico que miraba hacia la marea de gente, y grita “¿quién quiere ver el desfile desde palco?... tengo esta entrada…”. No pude escuchar el resto del mensaje porque la gente empieza a gritar tan alto que no lograba entender qué pasaba, tampoco entendía a lo que se refería él, porque ¡claro!, era la primera vez que estaba allí. 

El chico mira sorprendido a todas las personas desde lejos, da unos pasos hacia adelante y se dirige hacia mí, me da la entrada y me dice ¡ven!. 

Las personas (algunas celebrando y otras no muy convencidas) se sorprenden y los policías, sonrientes, me abren la valla para que pueda pasar hacia el lado cercado. El chico me explica que en esa zona había unos palcos privados en los cuales iba a poder disfrutar del desfile con gran comodidad, ya que tenían techo para cubrirse del sol y asientos numerados. Me indica el número de palco y me dice que con la entrada iba a poder llegar hacia mi asiento, y se despide con una sonrisa y un “¡Disfruta!”. Lo único que pudo salir de mi boca fue - “¡Gracias!”, acompañado de una sonrisa incrédula. 😄

Llego al palco, me siento en la primera fila y ¡disfruto del show de inicio a fin!

Sin duda alguna, el desfile de silleteros, es una experiencia que de por sí ya va cargada de muchas emociones. Pero en este caso, puedo decir que las viví al máximo y al doble. 


A veces tememos aventurarnos a hacer o participar en ciertas actividades por motivo de hacerlo solos, pero he aprendido que en estas situaciones es más probable que se puedan dar las mejores experiencias o sorpresas que te hacen olvidar que estás solo, y que incluso te pueden permitir hacer nuevas amistades, o vivir un momento especial con personas que comparten tu misma emoción y sentir hacia lo que estás experimentando, y que incluso, ¡pueden llegar a hacer de ese momento mucho mejor!