El título de este relato puede parecer un tanto fuerte para algun@s, pero no es sin más hacer referencia a lo que la rae define como "falta de conocimiento".

Cuando era pequeña recuerdo que una persona muy cercana a mi, me contaba historias de cómo viviendo fuera de Guatemala se había "acostumbrado" a recibir comentarios de todo tipo acerca de su país de origen. Muchos positivos hacían referencia a la belleza y naturaleza del país y otros, no puedo decir que hicieran referencia al estilo de vida en el país, pero sí a la percepción equivocada de cómo las personas creían que se vivía en Guatemala durante la década de los años 80s y 90s.
Para mi era surreal que dijesen comentarios cómo “¿Si todavía se vivía en los árboles?" o si en Guatemala las personas usaban "taparrabos”, pero nunca me iba a imaginar que estas historias en un futuro se iban a convertir en realidades para mi 
😲 ya que, al igual que ésta persona, dejé mi país y me fui a vivir al extranjero.

Un día me tocó escuchar de distintas personas como se comparaba a mi país con un "selva", un sitio en el que "nunca vivirían" o incluso que el "hablar con la forma ustedes" era algo anticuado y que debía "corregirse"

Quienes me conocen saben que no me podía quedar callada, así que lo que recuerdo haber hecho fue escuchar y comentar (un tanto molesta, no puedo mentir 🙈), que mi país, aunque pequeño, estaba lleno de muchos sitios natuarles y modernos que valían la pena visitar, que es un país donde se domina muy bien el inglés y se recibe amablemente a las personas extranjeras, y que quienes digan que no nunca vivirían en lugares así se perdían el buen trato y atención de las personas.

Así pues, la mayor reflexión tras este momento, fue que al vivir fuera siempre estás propens@ a recibir toda clase de comentarios acerca de tu país de origen. En pleno siglo 21 y en un país de primer mundo, la verdad es que digo que ya no me sorprende escuchar este tipo de comentarios como cuando recién llegué. Al principio me molestaba muchísimo, pero así como la persona del inicio del relato, he aprendido y concluído que la ignorancia no tiene geografía, nacionalidad o clase social.

 

De este tipo de experiencias se puede hablar mucho, y nombrar numerosos ejemplos como el mencionado, pero sobre todo, prefiero pensar que sirven para valorar todavía más las raíces y el orígen del que venimos.
Como Guatemalteca viviendo en el extranjero me siento muy orgullosa de mi país (aunque tenga sus cosas), sus costumbres y tradiciones, conservo “mi hablado chapín”, pero en especial agradezco venir de una tierra que te enseña a soñar, trabajar y luchar por tus metas (siempre con ese “cae bien” 
😏).

Sin duda alguna me he encontrado también con personas locales que han valorado y disfrutan compartir lo que nos hace diferentes, lo que nos hace únicos y lo que nos permite abrir la mente a conocer otras culturas y otras formas de ser, de vestir, de hablar y de comportarse. Hay cosas que "se pegan" y he de confesar que me encanta escuchar a mis amig@s usar esos chapinismos 💙.


“Cambia tus hojas pero nunca pierdas tus raíces” - Unknown