Relato Escalera Laboral



Hace algunos años tomé una decisión muy importante en mi carrera profesional que provocó varias reacciones que nunca olvidaré, siendo una de ellas la siguiente:

Era el año 2018 y me encontraba trabajando en una empresa de belleza en Guatemala, ¡estaba feliz! El sector de la empresa me encantaba, las oficinas quedaban muy cerca de mi casa así que disfrutaba el caminar para evitar el tráfico en carro, tenía un grupo de compañeros que hasta la fecha seguimos siendo amigos muy cercanos, y por último mi jefe era muy bueno conmigo y confiaba en mí. ¡Me encantaba mi trabajo! 😍

Esto sucede después de que viví y trabajé por un año en Colombia y me había ‘autodiagnosticado’ con el síndrome nómada (síndrome del “viajero eterno”, en resumen es que no te sientes de ningún sitio y buscas seguir explorando). Así que mi idea era regresar a Guatemala por una temporada y luego ‘volar’ nuevamente. Pero la verdad era que ¡me encontraba muy bien! 

Preocupada por el paso del tiempo, como lo suelo hacer, empiezo a buscar maestrías o cursos de formación en todo el mundo, voy a ferias de becas, pido información en Segeplan, en el instituto italiano de cultura, etc. Mi sueño siempre había sido estudiar un postgrado en Europa, sin importar qué postgrado o qué país, estaba abierta a posibilidades. 
Encuentro una maestría de marketing en inglés, con oportunidad de beca en Italia, ¡era ideal! ¡Empiezo a trabajar en ello!, voy al IGA para prepararme para las pruebas de inglés y demás. Pero conforme va pasando el tiempo me doy cuenta que no estoy lo suficientemente lista para las pruebas de matemáticas y el tiempo que quedaba era muy limitado por lo que me podía llevar adicionalmente 1 año más para prepararme para esta aventura. 

Las oportunidades de beca también eran muy limitadas así que escribo a la universidad que tenía como objetivo y la respuesta fue nula. Hasta que una noche, pido desesperada a Dios que me oriente en lo que debo hacer y antes de acostarme casualmente reviso mi Facebook en donde aparece de primero un post de mi universidad (Universidad Rafel Landívar) acerca de Becas de Maestría en España con un correo de contacto. Al día siguiente escribo a esa dirección de correo, ¡no tenía nada que perder!. La respuesta fue automática. El proceso continúa positivamente y tras un par de semanas ¡la oportunidad es mía! 😱

Luego de hablarlo con mi mamá, decidimos tomar la oportunidad y no esperar un año más a la otra. ¡Hay cosas que si no se hacen en ese momento, no se hacen nunca!, pensé.  El siguiente paso era comunicar a mi empresa mi pronta salida debido a esta oportunidad.
Mi jefe se encontraba de viaje y yo quería avisarle con tiempo de antelación para poder dejar todo lo más organizado posible y agradecer la maravillosa oportunidad que él también me había dado en su momento. 

Nerviosa, me veo en la necesidad de hacerlo por teléfono (el tiempo era muy limitado), le comento y su respuesta después de una genuina y cercana felicitación por la beca, fue “...esto es parte de la vida Manto, usted tiene que seguir subiendo en la escalera laboral y éste es un gran paso que tiene que tomar”. 🙌

Nunca olvidaré su respuesta. 

Hasta el día de hoy esta frase resuena en mi cabeza con mucho aprecio y admiración. La vida profesional se trata de eso, de ir construyendo tu propia escalera e ir subiendo peldaño a peldaño, atravesando situaciones que te preparan para enfrentar el futuro, adquiriendo conocimientos que enriquecen tu expertise, saliendo de tu zona de confort… pero sobre todo, de ir conociendo y acompañándote de personas que te hacen ser mejor cada día. 


¡Todos podemos tener miedo de subir esos peldaños! 👟 Pero sin duda alguna cuando lleguas a la parte más alta de la escalera y ves cuanto subiste, te sentirás orgulloso de ti mismo y recordarás momentos clave (como éste en mi caso), que te motivaron y te hicieron sentir feliz y pleno con tus decisiones.