Paisaje de Galicia



Dicen que los opuestos se atraen. Esto es algo que vivo todos los días y creo que es parte de la fórmula del éxito en mi relación de pareja. 

En la época que cursaba el postgrado, cuando empezábamos a salir con mi novio, la universidad organiza una de esas famosas conferencias de estilo “motivacional”, por parte de una personalidad en España. Este profesional afirmaba que todo sucede por una razón. Algo que, tanto yo, como mi círculo más cercano de amigos y familia pensamos hasta la fecha.

Escucho la conferencia fascinada, y decido comentarle a mi novio, quien estaba sentado mi lado si él también creía en el destino. A lo que muy tranquilo me responde que “no”, que para él “todo son casualidades”. En ese momento me quedo helada, sin saber qué responder y, en efecto, no le contesto nada. Me había preocupado mucho que él pensase tan distinto a mi. 😬

Según la RAE una casualidad es “la combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar”, mientras que el destino es “el encadenamiento de los sucesos considerado como necesario y fatal.


Hasta la fecha, como pareja nos sucede muy a menudo diferir en nuestra forma de pensar. Existen varios temas en los que ambos pensamos de forma total y completamente opuesta, siempre escuchando y respetando la opinión el uno del otro. Pero hasta esa fecha nada parecía tan grande e importante como el tema de destino y casualidad para mi. 

Luego de estar 4 años juntos, de conocernos y compartir más, un día me viene este recuerdo a la mente y pienso “una casualidad también puede ser parte del destino”.
Le llamemos como queramos, lo importante es que nuestra relación ha seguido adelante y ¡somos felices!. Aunque quién quita, puede que su opinión haya cambiado, pero ahora luego de verlo a los ojos, ya no he sentido la necesidad de volver a preguntar 😉