Relato billete de viaje



Mi primera Navidad y Año Nuevo sola fuera de Guatemala. Me encontraba viviendo en España desde hace un par de meses así que decidí organizar un viaje de fin de año para visitar a unas amigas con quienes quedamos para pasar juntas las fiestas de fin de año y así también aprovechar a conocer un poco los alrededores. Mi itinerario incluía Polonia, Praga, Alemania y España.  

Como cualquier viajero joven buscaba ser eficiente y ahorrar, es por ello que la mejor opción para los tickets de avión a Polonia era saliendo desde Oporto (Portugal) en lugar de Vigo (España). Así que decido tomar el tren de Vigo a Oporto pensando que sería más seguro que viajar por bus. Lo que no contaba era con que el tren 🚇que me tocaría sería uno muy antiguo. 

Subo al tren, con mi itinerario a la mano y tiempo de sobra. El tren deja la estación de Vigo y pienso - “Wow! Este tren sí que va muy despacio…”- la velocidad aumentaba y disminuía, apenas era notorio, pero con los nervios de llegar a tiempo creo que iba más alerta. Hasta que en un punto (no recuerdo bien en dónde estábamos) el tren se detiene por completo, estábamos en medio de las vías. Llega un monitor del tren y nos informa que se había averiado y que íbamos a llegar a la estación más cercana para cambiarnos a otros trenes dependiendo de nuestros destinos. Nos organizan por grupos y atravesamos las vías del tren caminando de una vía a otra. Me suben en otro tren, igual de viejo pero con mejor velocidad, cuando me doy cuenta que había pasado mucho tiempo ya. 

Este tren era de Portugal y puedo notar que era la única extranjera en mi vagón, o al menos cerca mío. Pasa un monitor del tren que no hablaba español y le explico entre señas que yo venía en el tren averiado. Me entiende y sigue revisando los billetes de las personas a mi lado. Cuando miro el reloj y verifico mis boletos del avión y veo que en ese momento tendría que estar ya casi que abordando me llevo las manos a la cara, me pongo de pie por inercia y digo en alto “¡No puede ser! No voy a llegar a tiempo” 😮- el monitor preocupado se gira y todas las personas del vagón atentas. Él revisa mi billete, verifica en su reloj, hace las cuentas y me dice (entre lo que le pude entender) que “estuviese tranquila… que iba bien de tiempo porque en Portugal era una hora menos que en España”. Aliviada me llevo la mano al pecho y todas las personas empiezan sonrientes y sorprendidas a “tranquilizarme”, aplaudirme y celebrar. No se me olvidará nunca ese momento por su mezcla de gracia y estrés.

Tuve un excelente viaje en cada una de las paradas europeas que visité. 🤩


Así como esta pequeña aventura, hay muchas más que puedo contar, pero lo que cabe destacar es que estas situaciones pueden llegar a sentirse más fuertes cuando uno viaja solo porque no siempre tienes con quién verificar los horarios, comentar las cosas, y todo depende 100% de ti… tener conexión a internet, el uso de Google Maps, las reservas, elegir dónde y a qué hora comer, tomarte una foto en determinado sitio, etc. Lo que sí puedo asegurar es que viajar solo vale la pena y no debe ser algo que pueda frenarte porque siempre te encontrarás con personas buenas que te ayuden en lo que necesites, podrás vivir situaciones cómicas y hasta crear nuevas amistades en el camino.

No esperes a los demás si tienes muchas ganas de visitar determinado país o ir a cierto evento, así he logrado conocer muchos lugares como México, Francia, Italia y los antes mencionados. ¡Así que te puedo decir que un billete para uno no está nada mal!