¿Conoces a alguien que no le gusten los sandwiches? 🍔 Sin importar los ingredientes, es raro encontrar a una persona que pase de ellos y no creo que sea coincidencia que una técnica de comunicación asertiva haya recibido su nombre en base a este deleite alimenticio: la técnica del sandwich.
Esta técnica consiste en la forma como se da feedback o una crítica de forma constructiva sin que sea mal recibida por la otra persona. Recibe su nombre del sándwich porque consiste en 3 partes (podemos decir el pan, relleno y el pan de abajo).
- Inicias elogiando a la otra persona de forma sincera, clara y concisa.
- Comunicas la crítica o negativa a mejorar de forma directa sin hacerla sentir mal. Recuerda que lo que se busca es dar una crítica constructiva, no destructiva.
- Terminas con un mensaje motivador o propuesta positiva, que pueda servir de pauta para buscar una solución o alternativa al tema.
¿Parece sencillo verdad? Pero he aprendido que requiere de conciencia y mucha práctica, pero sobre todo de asertividad y empatía. Lo esencial es ponerse en el lugar de la otra persona y así te será más fácil entender que cuando nos dan una crítica o negativa acerca de lo que hacemos o de nuestro trabajo es normal que te pongas a la defensiva o muy sensible, a todos/as nos pasa. Pero hay 2 aspectos que me llaman mucho la atención de esta técnica, el primero es que no se trata de una técnica exclusiva para jefes/as o directivos/as sino que aplica para todos/as, porque siempre se nos puede presentar una oportunidad en la que “tengamos” que dar feedback o criticar el trabajo de un/a colega de la oficina o incluso de un amigo/a que nos pida su opinión. El segundo aspecto es que no es solo una técnica verbal, es posible aplicarla en un mensaje o correo electrónico. Es importante recordar que la interpretación de lo que escribimos puede variar según quién lo lea, por eso esta técnica es recomendable prestar mucha atención al detalle cuando se hace de forma escrita, utilizar las palabras adecuadas, no escribir en mayúsculas pero sobre todo ser cordial.
Pensemos que al dar una retroalimentación podemos aportar gran valor profesional pero también personal a quien la recibe, es por ello que hacerla de forma cercana y humana puede aportar todavía mucho más valor del que llegaríamos a creer.
Ahora que termines de leer este relato te invito a que te prepares un delicioso sándwich y pienses en las veces que has tenido que dar una retroalimentación, ¿te quedaste con un buen sabor de boca? 😋
5 Comentarios
Me quede con un buen sabor de boca, iré por un sándwich de mantequilla de maní :). me encanto este relato.
ResponderEliminarMuchas gracias Edu! 🤩 Espero que hayas disfrutado ambos, el relato y el sándwich de mantequilla de maní!
EliminarTienes mucha razón. Dar y recibir retroalimentación puede no ser algo sencillo; requiere bastante madurez y apertura. Definitivamente esta técnica es muy útil para que la persona que recibe la crítica no se desmotive porque también se reconocen los aspectos positivos.
ResponderEliminarAsí es Miriam! Creo que a tod@s nos gusta recibir una retroalimentación que nos motive a mejorar y seguir con lo positivo. Ya me contarás qué tal te va cuando uses la técnica 😉
EliminarMuy buena técnica Manto! Interesante para tenerla en cuenta con nuestros equipos. Estoy de acuerdo contigo que hacer retroalimentación especialmente cuando se trata de aspectos por mejorar, no es fácil. Habrá que ponerla en práctica. Un abrazo
ResponderEliminar¡Me encanta saber que me lees! Déjame tu comentario y si no tienes cuenta de Google no olvides incluir tu nombre en el comentario para poder dirigirme a ti. 😉 - Manto